El sol no puede estar más rojo, yo creo que estallaría. Las puestas de sol son lo que tiene vivir aquí, y es lo que echarás de menos cuando te vayas de aquí. Estamos en el RockCafe, y con una balada de Def Leppard-When Love and Hate Collide, empiezo hoy este blog. (Gracias Javi por descubrírmelos subiendo a SN en el Super cinco)
Solo nos queda un día más de escalada y hemos decidido hacer una de las rutas de 11 largos de por aquí. Bueno ese es el plan, con hora y media de aproximación y en medio del mar en la isla de Telendos. La via, 11 largos, 6a 250 metros de disfrute en roca de calidad, sobre equipado. En la Guia recomiendan 18 cintas, y todo lo necesario para una ruta de montaña. Casco, el bocata, abrigo, ganas y la brújula y el mapa aunque no lo ponen, nos lo llevaremos. En Telendos no hay carreteras, la gente sigue viviendo de lo que la tierra y el mar les dá, y ahora antes de semana santa, toca ir a misa dos veces al dia. Cogeremos un barco temprano por la mañana y en 10 minutos nos dejará en nuestra próxima aventura. Además no hay mucha gente por aquí, asi que seguro que tenemos la montaña para nosotros.
El café de esta mañana, antes de escalar, lo tomamos en una heladería italiana, con italianos y todo. Ya allí empezamos a vislumbrar la necesidad de decir paso hoy de escalar. Saqué los prismáticos y en un paredón de más de 80 metros, podía ver como 3 escaladores se aventuraban en una vía de ensueño. Se llama Aurora, y es un viote según el libro, y por lo que veo a través de mis prismáticos, se turnan los escaladores para caer y caer en el mismo punto, justo cuando se pone «pollua» como dirían algunos amigos Malagueños, cuando se empina la cosa.
Entre el sol en la cabeza, los pensamientos sobre el viote de mañana y que de repente nos traen helado recién hecho, la cosa pinta mal para ir a ningún sitio. Ana se acomoda en la mesa, yo saco la cámara, miro la Guia, mi mente esta en mañana. Este café esta durando mas de lo que esperábamos.
Después del helado gratis, había que probar mas, esa es la idea no? Así que entramos y nos pedimos dos pequeñitos, yo todavía con la esperanza, de ir a escalar un rato. Quizás mi yo interior sabia que de eso nada, pues cuando vi a Emilio, el gaditano que conocimos por aquí, que pasaba por la calle, le grite como si no escalar quisiera. Subió a la terraza y casi 4 horas después nos fuimos de allí.
Hoy no escalamos, pero este día de descanso sin planear, lo recuperaremos mañana.
La playa y un chiringuito vacío que Okupamos, hicieron el resto del dia. Eso si paseamos las mochilas y todo el mundo que nos vio seguro que pensó que escalamos duramente.
Disfrutar de las cosas de la vida, de la sencillez de un paseo por la playa, descalzos, sintiendo el agua y la arenilla entre los dedos, cerrar los ojos cuando el sol te baña la cara, mirar a otros escaladores mientras sudan y aprietan, es lo que hace que viva y viva.
Comprar más, para tener más, y ser mejor que los demás y olvidarte de sentir estas cosas, es precisamente lo que ser pobre para mi significa, por mucho dinero que tengas y por muchos caballos que tenga tu coche. Al fin y al cabo los caballos están mejor sueltos en el campo, que no dentro de un motor.
Después de escribir postales, si si, postales. Siempre que puedo mando postales a dos amigos uno en Granà y otro en Benasque. Pues después de las postales y mientras Ana trabajaba un rato, me entretuve haciendo mas fotos y charlando con el del bar le hacia un video y una foto al sol, cuando por detrás escucho;
«Yo estoy harto de puestas de sol» me dijo. Le mire y pausando mi contestación le dije, «y no las echaras de menos cuando te vayas?» Y me dijo,» eso me pasó y dejé la ciudad y me vine hace 5 años..» Jajaja ja nos reíamos el barbas y yo. Mientras tanto Ana curraba en otra mesa, con el rojo del sol en su carita. Hay que madrugar así que kalinigta.
Peña a apretar que son dos días.